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martes, 24 de noviembre de 2015

CARQUIÑOLIS

Hoy os traemos un dulce típico en Cataluña. Es el rey de una buena sobremesa. Lo podemos tomar con café, chocolate.... y mejor aún, con una buena copita de vino dulce o Ratafia (licor de nueces, también típico de Cataluña).


Para los que no sepáis que es, os diré que es una especie de pan seco dulce con almendras. Su textura es dura y crujiente,  hay quién aprovecha para remojarlo en la bebida que hayan elegido para acompañarlo.
Se conserva muy bien bastantes días en un lugar seco (eso siempre y cuando sobre alguno, jejeje)

Vamos a por la receta, que ya veréis que es más fácil de lo que podamos imaginar:

INGREDIENTES

200 gr. de Azúcar
175 gr. de Almendras crudas con piel
300 gr. de Harina
2 Huevos
2 cucharaditas de levadura en polvo
La ralladura de un limón
La ralladura de media naranja (opcional)
Anís

PREPARACIÓN

Encendemos el horno a 180º, con los fuegos de arriba y abajo.

Mezclaremos la ralladura de limón y de naranja con los ingredientes secos, es decir, la harina, el azúcar y la levadura. Formamos un volcán y ponemos los huevos en el centro y vamos amasando, hasta que quede una mezcla homogénea.
Yo lo he hecho en el robot de cocina, con el gancho de amasar (primero mezclando los ingredientes secos y luego los huevos) y cuando empezaba a ser una bola, lo he volcado en el mármol de la cocina y he continuado amasando a mano, hasta que el azúcar se ha integrado completamente. 

 

Rociamos con un chorrito de anís, amasamos y añadimos las almendras.

Una vez esté todo bien unido, formaremos unas barritas de unos tres centímetros de ancho por un centímetro de alto. 


Las pintamos con huevo y las metemos en el horno hasta que estén doraditas.


Las sacamos del horno, esperamos un par de minutos y las cortamos a rebanadas de un centímetro, apróximadamente. 



Las volvemos a poner en la placa del horno y las horneamos unos 5 minutos, más, por cada lado (o hasta que estén doraditas).


Sacamos, dejamos enfriar y a disfrutar.

Se conservan perfectamente, dentro de una lata.

Espero que os haya gustado y os animéis a sorprender a vuestros invitados a la hora del café.

¡Venga a repostear!